Productos destacados

SECCIÓN DE POESÍA

 

Os presentamos algunos de los títulos de nuestra sección de poesía: Ediciones de bolsillo, de coleccionista y primeras ediciones.

 

  • CHARLES BAUDELAIRE: Poesía Completa, edición bilingüe (Río nuevo, 1981) 10 €

  • RAFAEL ALBERTI: Marinero en tierra (Unidad editorial, 2002) 3 €

  • PEDRO SALINAS: La voz a tí debida (Cátedra, 1994) 3,5 €

  • MARIO BENEDETTI: Canciones del más acá (Editorial Sudamericana, 2000) 4,8€

  • PABLO NERUDA: Incitación al Nixonicidio y alabanza a la Revolución Chilena (Grijalbo, 1973) 5 €

  • SEAMUS HENEY: Traballo de campo (Xerais, 1996) 3,5 €

  • FEDERICO GARCÍA LORCA: Romancero gitano (Cátedra, 1996) 3,5 €

  • PAUL VERLAINE: Poesía Completa, edición bilingüe (Río Nuevo, 1980) 7 €

  • MIGUEL HERNÁNDEZ: Poesía (Editores mexicanos unidos, 1992) 2,5 €

  • LEÓN FELIPE: ¡Oh, este viejo y roto violín! (Visor, 1981) 9 €

  • JORGE GUILLÉN: Desnudo (Unidad Editorial, 1998) 1,5 €

  • ANTONIO MACHADO: Campos de Castilla (Unidad editorial, 2002) 3 €

  • RABINDRANAZ TAGORE: La cosecha (Edaf, 1985) 2 €

  • GABRIEL CELAYA: Operaciones poéticas (Visor, 1971) 4 €

  • PABLO NERUDA: Canto general (Planeta, 1992) 4,5 €

  • MAIAKOVSKI: Antología poética (Losada, 1973) 4,5 €

  • VICENTE ALEIXANDRE: Historia del corazón (El País, 2002) 1,5 €

  • BENJAMÍN PRADO: El corazón azul del alumbrado (Libertarias, 1991) 4 €

  • PAUL ELUARD: Poemas, edición bilingüe (Plaza & Janés, 1972) 4,5 €

y muchos más...

Libros de verano: Novela de ajedrez, de Stefan Zweig

Novela de ajedrez es la última novela del escritor austriaco Stefan Zweig. Fue escrita en 1941, poco antes de su suicidio al año siguiente, y publicada de forma póstuma en 1944. Pese a ser una novelita corta y de fácil lectura, está considerada sin embargo su obra maestra, y resulta una introducción ideal a la obra del autor.

 

Novela de ajedrez mercado de la tía Ni

Novela de ajedrez, Stefan Zweig. Editorial Acantilado, 96 páginas.

 

En un transatlántico que hace la travesía entre Nueva York y Buenos Aires, el narrador coincide con Mirko Czentovic, campeón mundial de ajedrez. Czentovic, pese a su maestría en el tablero, es un hombre rudo y huidizo, poco dado al contacto social. Otro pasajero, el rico industrial McConnor, conseguirá organizar una serie de partidas en las que Czentovic, como era de prever, barre a sus rivales sin dificultad, hasta que la intervención del enigmático Dr. B. consigue provocar tablas contra el campeón.

A partir de este momento, el objetivo de la cámara narradora pasa a enfocar al Dr. B., quien se convertirá en el nuevo narrador y explicará los motivos de su maestría en el ajedrez…

 

Stefan Zweig Mercado de la tía Ni

Stefan Zweig en 1912

Novela de ajedrez nos presenta con maestría el choque entre las  personalidades de los protagonistas, y nos muestra también, entre grandes dosis de intriga, la gran capacidad de resistencia del ser humano sometido a una presión extraordinaria.
En resumen, es una novelita muy entretenida y bien escrita que resulta muy recomendable como lectura de verano.

Carmen Martín Gaite, Usos amorosos de la postguerra española

A la hora de revisar cualquier época del pasado, los datos proporcionados por los relatos de guerras, cambios de dinastías, conflictos religiosos y revoluciones puede no saciar la curiosidad del lector, ya que, como la propia autora se pregunta en la introducción: “pero bueno, ¿esta gente que iba a la guerra, que se aglomeraba en las iglesias y en las manifestaciones, ¿cómo se relacionaba y se vestía, qué echaba de menos, con arreglo a qué cánones se amaba?”

 

 

Este es el punto de partida de “Usos amorosos de la postguerra española”, amenísimo ensayo en el que la autora comenta las costumbres sociales amorosas de esos años, y explica cómo la realidad política de las décadas de los 40 y 50 condicionó las relaciones entre ambos sexos.

A través de sus propios recuerdos y del análisis de abundante documentación que incluye desde recortes de revistas, consultorios sentimentales y libros de la época hasta declaraciones de líderes del Movimiento, el ensayo refleja la realidad social de la  postguerra: la represión, la implicación de la Iglesia en el poder político, la sumisión impuesta a la mujer, el machismo imperante...

Las relaciones suponían un largo proceso jalonado de etapas regidas por unos códigos rigurosos e ineludibles, cuya ignorancia suponía la marginación social. Para la mujer, las alternativas al matrimonio quedaban reducidas al papel de monja, solterona o novia eterna. La autora revisa y analiza los diversos roles reservados a la muer de la época.

Martín Gaite analiza especialmente la condición general de la mujer española en este periodo, subrayando la mística pasividad y sumisión a la que estaba sometida la mujer por la propaganda del régimen. Con ello, el hombre, víctima también, se debatía entre la decencia y lo pecaminoso, lo que condicionaba gravemente sus relaciones de pareja. 

Escrita con mano maestra, esta historia agridulce y entretenidísima resulta una lectura muy recomendable, por la que la autora recibió en 1986 el premio Anagrama de Ensayo.

Carmen Martín Gaite, salmantina nacida en 1925, es considerada una de las principales representantes de la generación de narradores de la posguerra civil española, junto con Ignacio Aldecoa y Rafael Sánchez Ferlosio. 

 

Marín Gaite, por Loredano

Carmen Martín Gaite, vista por Loredano

La cabeza perdida de Damasceno Monteiro, de Antonio Tabucchi

Antonio Tabucchi, escritor italiano, profesor de Lengua y Literatura Portuguesas en la Universidad de Siena y gran especialista en el poeta Fernando Pessoa, es conocido sobre todo por su novela Sostiene Pereira, de 1994. Fue llevada a la pantalla por Roberto Faenza en 1995, con Marcello Mastroianni en el papel de Pereira, y resultó un éxito internacional tanto de público como de crítica.

 

Tabucchi Damasceno

 

La cabeza perdida de Damasceno Monteiro es la obra inmediatamente posterior a Sostiene Pereira, con la que comparte atmósfera y guarda bastantes similitudes. Ambientada esta vez en Oporto, frente a la Lisboa de Pereira, la historia usa una estructura argumental y una atmósfera similar, próxima a la novela negra o al thriller político, para poner el foco sobre cuestiones como la corrupción en el aparto del Estado, la Justicia, el Derecho, la torura...

La trama se inspira en un hecho real: la muerte y decapitación de Carlos Rosa en el cuartel de la Guardia Nacional Republicana de Sacavém, cerca de Lisboa, en 1996. El caso provocó alarma y escándalo social al coincidir en el tiempo con otros casos de brutalidad y crímenes policiales, y le sirvió a Tabucchi como punto de partida argumental de la novela que recomendamos hoy.

El relato comienza con el hallazgo de un cadáver sin cabeza junto a un poblado de gitanos. Firmino, un joven periodista (como Pereira) de un periódico sensacionalista lisboeta, es enviado a Oporto para cubrir el suceso. Será durante su investigación cuando afloren los pecados de connivencia de algunos policías con los traficantes de drogas y la resistencia del aparato del Estado a hacer justicia.

 

Charles Laughton en Testigo de cargo

 

El misterio, tratado de manera esquemática y simple, pierde fuerza a medida que avanza la historia, pero sin embargo el interés se mantiene gracias al estilo del autor y a los espectaculares personajes secundarios. La aparición del inolvidable abogado Loton, llamado así por su parecido al actor Charles Laughton en la película Testigo de cargo, marca el cambio de ritmo y tono de la historia, y eclipsa al propio Firmino. A partir de ese momento, las refexiones filosóficas del abogado sobre la justicia y el derecho, tratadas de una manera nada compleja, sustituirán a la endeble trama policiaca y sostendrán la novela.

En conjunto, resulta una novela más ligera y menos redonda que Sostiene Pereira, con clara vocación de entretenimiento, pero muy bien escrita y de lectura agradable. Perfecta para llevarse a la playa en estos días de verano...

 

 

El espía que surgió del frío, de John Le Carré, y la novela de espionaje

El espía que surgió del frío está considerada una obra maestra del género de espionaje de ficción. Su autor, John le Carré (David Cornwell, 1931), es un fecundo escritor de thrillers políticos y de espionaje que continúa ostentando, con permiso de Frederick Forsyth, el título de rey de la novela de espionaje.
 
 
Para los amantes del género, Le Carré es una referencia inexcusable: muchas de sus novelas ha sido llevada al cine y todas se han traducido a numerosos idiomas. Al igual que Graham Greene e Ian Fleming, otros ilustres del género, trabajó para el servicio secreto británico: comenzó su andadura literaria mientras trabajaba como empleado del British Foreign Service en plena Guerra Fría, verdadera época dorada del espionaje, y su experiencia en aquellos años le sirvió para documentarse y ambientar sus novelas.
 
Sus dos primeras novelas, Llamada para el muerto (1961) y Asesinato de calidad (1962), presentan a su popular antihéroe George Smiley, el contradictorio y gris agente del Departamento de Contraespionaje británico que volverá a protagonizar en El topo (1974) o La gente de Smiley (1979). Smiley también tiene una breve aparición secundaria en su tercera novela, El espía que surgió del frío (1963), que se conviertiría en un best-seller hasta el punto de permitirle dejar su trabajo y dedicarse a la escritura a tiempo completo bajo el seudónimo con el que había comenzado a publicar en 1961: John le Carré.
 
 
Como género literario, la novela de espionaje surgió como un subgénero de la novela de aventuras, y se desarrolló especialmente en los países anglosajones a mediados del siglo pasado. En la segunda mitad del siglo XX, coincidiendo con el apogeo de la Guerra Fría, se convirtió en una modalidad autónoma de la narrativa policial, compitiendo en popularidad con los best sellers de detectives. Su florecimiento se debe en gran medida a las aportaciones de los ya mencionados Graham Greene e Ian Fleming y a la del propio Le Carré, y su consagración definitiva se produjo a principios de los 60, cuando el éxito comercial y las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Fleming convirtieron al personaje de James Bond en un fenómeno planetario.
 
Sin embargo, al contrario que Ian Fleming, cuyas novelas de 007 están mucho más cercanas de los relatos populares de de acción y aventuras que del espionaje, Graham Greene y John Le Carré utilizaron las novelas de espías para construir historias morales, desarrolladas en un entorno realista y turbio, que lograron dar una nueva hondura al género.
 
Así, frente a la ligereza del flamante héroe de acción de Fleming y sus misiones fantásticas ambientadas en exóticos y lujosos escenarios, los personajes de John Le Carré son una suerte de desencantados funcionarios que se mueven en la atmósfera gris de los pasillos y las cloacas de los Estados.
Como señala Carlos Pujol en el prólogo de la edición de Debolsillo de El espía que surgió del frío, las novelas de Le Carré suponen “una deliberada inversión de los recursos novelescos de Fleming; en vez de lo excepcional y vistoso, lo vulgar y anodino; en vez de la brillantez ambiental, un decorado sucio y deprimente; en vez de la deportiva exaltación del eterno triunfador, el cansancio desengañado y la derrota íntima del que sabe que perderá; en vez de la fanfarria del erotismo, un amor triste y patético entre dos almas solitarias; en vez del espía-espectáculo, la anatomía moral de un hombre del oficio; en vez del colorido suntuoso, una atmósfera perennemente agrisada.”
 
 
En El espía que surgió del frío, Alec Leamas, antiguo responsable del espionaje inglés en Alemania Oriental, ha visto como casi todos sus agentes han muerto o han sido detenidos por los alemanes del Este. Su superior, Control, le hace volver a Londres para preparar una operación sucia y arriesgada que permitirá liquidar al máximo dirigente del espionaje de Alemania Oriental. Leamas acepta el riesgo y la sordidez de la operación, pero a medida que se adentra en una trama que juega con el lector en una maraña de agentes dobles, va comprendiendo que no es más que un peón que puede ser sacrificado en bien de la colectividad en una interminable e inmoral partida de ajedrez gigante que trasciende a los individuos.
 
El espía que surgió del frío destaca tanto por la humanización de su protagonista, Alec Leamas, como por su atmósfera gris y sobre todo por su realismo desmitologizador.
 
La obra de Le Carré se alza como uno de los mejores y más informados relatos sobre la Guerra Fría. Sin embargo, la caída del Muro no acabó con Le Carré, que ha seguido escribiendo novelas magníficas modernizando sus temas e introduciendo aquellos elementos que conforman la compleja realidad geopolítica internacional de nuestra época: la desintegración de la Unión Soviética (La Casa Rusia), política estadounidense en Centroamérica (El sastre de Panamá), los chanchullos de la industria farmacéutica (El jardinero fiel), el terrorismo islámico...
 
Lecturas relacionadas:
 
John Le Carré: El espía que surgió del frío (The Spy Who Came in from the Cold, 1963).
 
John Le Carré: El topo (Tinker Tailor Soldier Spy, 1974). Serie «Smiley».
 
John Le Carré: La gente de Smiley (Smiley's People, 1979). Serie «Smiley».
 
Graham Greene: Nuestro hombre en La Habana (Our Man in Havana, 1958)
 
Graham Greene: El americano impasible (The quiet american, 1955)
 
Ian Fleming: Desde Rusia con amor (From Russia with love, 1957)
 
Frederick Forsyth: Chacal o El día del Chacal (The Day of the Jackal, 1971)
 
Frederick Forsyth: Odessa o El expediente Odessa (The Odessa File, 1972).

 

 

 

 

 

No result...

Suscríbete y entérate de las ÚLTIMAS NOVEDADES

Nombre:
Email: